lunes, 21 de mayo de 2012

LA CORPORACION

¿Instituciones o psicópatas? 

Autor: Mark Achbar, Jennifer Abbott & Joel Bakan / Titulo original: The Corporation, Film Basado en el libro: The Corporation: “The Pathological Pursuit of Profit and Power” by Joel Bakan, Origen: Canada, Duración: 141 minutos 


La realidad supera cualquier ficción, es una frase que me viene a la mente muy a menudo, basta ver los primeros segundos del documental en que se resaltan los logos de empresas tan exitosas como Exxon, Chevron, Apple, Microsoft, Ford Motor, JP Morgan, IBM miembros de la lista exclusiva del Fortune 500, que las ubica dentro de las 20 corporaciones que brindaron más utilidades en 2011 . 
Efectivamente, un zarpazo de realidad no nos cae mal de vez en cuando ¡¡LAS EMPRESAS SE CREAN PARA GANAR DINERO!!, la responsabilidad social, dar trabajo, aportar al PBI son solo daño colateral, inversión poco rentable. El dueño y accionistas le recordarán al Gerente General que se le contrató para obtener margen, spread, mayor valor por acción y/o utilidades. Veámoslo en perspectiva, la edición aniversario Noviembre 2011 del Harvard Business Review sugiere una percepción equivocada de nuestra parte, Harvard advierte que ellos tienen una visión distinta de las corporaciones “Es hora de que las creencias y teorías sobre las empresas se pongan al día con la forma en que las grandes empresas funcionan y ven su rol en el mundo de hoy. Tradicionalmente, los especialistas en economía y finanzas han sostenido que el único propósito de las empresas es ganar dinero y mientras más, mejor. Esa imagen convenientemente estrecha, profundamente arraigada en el sistema capitalista estadounidense, moldea las acciones de la mayoría de las corporaciones, limitándolas a enfocarse en maximizar las utilidades de corto plazo y entregar retornos a los accionistas… Esta lógica desequilibrada obliga a las empresas a obviar el hecho de que manejan enormes recursos que pueden influir en el mundo para bien y para mal y que sus estrategias moldean las vidas de los empleados, socios y consumidores de los que dependen... Las grandes empresas trabajan para ganar dinero, por cierto, pero en sus decisiones sobre cómo hacerlo, piensan en levantar instituciones perdurables. Invierten en el futuro a la vez que están conscientes de la necesidad de ayudar al desarrollo humano y de la sociedad”


Es cierto, las Corporaciones deberían actuar en base a sus valores, deben inculcarlo a sus funcionarios, sin embargo que se ajusten a estos valores en todas sus decisiones los pone en seria desventaja competitiva, lo saben los más altos ejecutivos educados en escuelas de negocios tan prestigiosas como Harvard, Columbia, Yale. 


La realidad nos muestra la visión Harvard de los negocios corporativos, he aquí la personalidad psicópata de una corporación visible en sus altos ejecutivos: 

  1. Jeff Skilling, ex CEO de ENRON condenado a 24 años de prisión por conspiración y fraude. 
  2. Goldman Sachs desenmascarada por Greg Smith en su carta de despedida revela la clase de ejecutivos que hacen negocios en Wall Street. 
  3. La mayor crisis financiera mundial, la de 2008 fue generada entre otros por ex funcionarios del banco Goldman Sachs, graduados de Harvard, especialistas en calificar bonos de hipotecas subprime como prime (AAA), instrumentos financieros sin respaldo real provocando la caída de Lehman Brothers y el remate de Merryl Lynch. 
Como se manejan estas corporaciones, el nivel de usura y despreocupación lo explica mejor el documental Inside Job que presenta la indignante historia del “gobierno de Wall Street”, cómo la crisis financiera de 2008 fue un delito colectivo ejecutado por banqueros, políticos, agencias calificadoras, burócratas y profesores universitarios para beneficiar sus propias cuentas bancarias. 


La intervención en The Corporation del cineasta Michael Moore fue lo mejor, apunta directo a la desazón de los empresarios por ver debajo del tapete, la basura que se esconde, valores morales deteriorados en todos los negocios y el gobierno, quien pierde cuando se gana tanto dinero?, tengo fabricas allá?, no importa, son de un país que no conozco ni quiero conocer!! 


Este link habla de Breitfelder y Dowling, egresados del MBA de Harvard, reclutaron a los grandes estafadores de Wall Street y lo resaltó Harvard Business Review en 2008, antes de la bancarrota de Lehman Brothers, la estafa de Price Waterhouse Coopers, el reciente escándalo de Goldman Sachs, etc. Despues de todo esto la afamada escuela de negocios de Boston ha quedado en deuda con la sociedad norteamericana, la globalización no perdona. 
http://www.derevistas.com/contenido/articulo.php?art=7016

20 most profitable companies, From oil to iPad´s http://money.cnn.com/galleries/2012/fortune/1205/gallery.500-most-profitable.fortune/
Skilling is a graduate of Harvard Business School (HBS), Class of 1978. 
Greg Smith abogado graduado en Harvard, sufrió un ataque de integridad, y se creyó columnista http://blogs.ondacero.es/alsina/greg-smith-sufrio-ataque-integridad-creyo-columnista_2012031400200.html 
Inside Job http://videotecaalternativa.net/inside-job-subtitulado 
Michael Moore, Bowling for Columbine, ganadora del oscar a mejor documental 2002 y Premio del 55º aniversario del Festival de Cannes 2002

martes, 27 de marzo de 2012

In Memoriam - Rómulo A. Ferrero Rebagliati (1907-1975).

Biografia
Estudió en el colegio La Recoleta y se tituló como ingeniero agrónomo (1927) en la Univ. Agraria. Prestó sus servicios profesionales en Cañete, Cayaltí y el Banco Agrícola. Fue docente en la Fac. de Cs. Económicas de la Univ. Católica, asesor de la Cámara Algodonera del Perú. Colaboró con el gobierno de Bustamante y Rivero siendo nombrado Ministro de Hacienda y Ministro de Agricultura. En tiempos de Belaúnde fue Presidente de la Caja de Ahorros de Lima, Director del Banco Central de Reserva y promovió la fundación de la Univ. del Pacífico. Fundador y director del Primer Centro de Estudios Económicos de la Cámara de Comercio de Lima en 1949, Premio IPAE 1962.
A PROPÓSITO DEL CENTENARIO DEL NACIMIENTO DE RÓMULO A. FERRERO
El primer recuerdo que tengo de Rómulo A. Ferrero Rebagliati es la presencia de un hombre alto, delgado, con lentes, muy amigo de mi familia, que detrás de una apariencia seria ocultaba una sonrisa cordial, abierta y afectuosa dirigida al niño que lo saludaba cuando visitaba ocasionalmente a mis padres, que lo recibían con especial aprecio y respeto.

"Es un hombre muy importante y valioso para el país", fue el primer comentario de mi padre que aún retengo. "Es el mejor economista que tenemos en el Perú, incluso superior a Pedro Beltrán", director del diario "La Prensa".

Tenía mucha razón. Con el tiempo me enteré de que a los 20 años egresó de la Escuela Nacional de Agricultura como ingeniero agrónomo, y después obtuvo el grado de doctor en ciencias económicas en la Universidad Católica, la que a los 35 años lo nombró decano de la Facultad de Ciencias Económicas y en 1965 le confirió el título de Profesor Emérito. Además, presidió el Patronato de la Universidad del Pacífico y fue director del Banco de Crédito del Perú.

Cuando tenía 38 años, el presidente Bustamante y Rivero le confió la difícil cartera de Hacienda y Comercio en su gobierno de amplia base democrática, cargo al que renunció meses después porque su política seria, responsable y de austeridad chocó frontalmente con las ansias apristas de incrementar el gasto público y la burocracia. Ese comportamiento adquirió mayor relieve cuando, ya profesionalmente, estudié su programa ministerial, en el que el doctor Ferrero, por primera vez en el Perú, introducía los conceptos macroeconómicos en el manejo del Gobierno, estableciendo normas para la elaboración del presupuesto, análisis del creciente déficit, niveles de liquidez y de endeudamiento, y provisiones adecuadas para controlar la inflación, que en su concepto tenía --y tiene-- graves y nocivas consecuencias, tanto en el terreno económico como social.

Quisiera destacar el pensamiento y los principios económicos de Rómulo Ferrero vinculados al desarrollo, influidos, sin duda, por su orientación católica iniciada en La Recoleta. No fue, como muchos pretendieron, de pensamiento y orientación conservadora, ni estuvo, como quisieron otros, identificado con la ideología liberal, sino un promotor y defensor de la economía social de mercado. Nos enseñó que el proceso de desarrollo exige mantener cuidadoso equilibrio, siendo un difícil reto para los gobernantes, pero que es la única forma de conciliar las exigencias del mecanismo económico con la necesidad del progreso social. Es decir, activar una economía al servicio de todos los hombres y exigir que haya movilidad social, sin privilegios, que haga posible el ascenso desde las clases bajas a las altas, así como la renovación de las élites.

Al conmemorarse el centenario de su nacimiento, también debiera celebrarse los principios éticos que identificaron su personalidad y nobles ideales, la profundidad de sus conocimientos, su gran obra intelectual y pedagógica, su entrega al país y el ejemplo que constituye para todos los peruanos de hoy y del futuro. Sus ideas, estudios, creencias y enseñanzas sobre la realidad peruana siguen vigentes y adquieren enorme validez en las actuales circunstancias, que nos hacen vislumbrar fundadas esperanzas en el destino de un país que tiene a su alcance el verdadero desarrollo, bien definido desde muchos años atrás por el doctor Ferrero.

Este inmenso aporte, sin embargo, es solamente conocido y apreciado por un reducido grupo académico y profesional. Debiera ser difundido con la mayor amplitud posible en todos los niveles, como un verdadero homenaje a una de las figuras más brillantes del Perú.

Por Raimundo Morales Dasso. *Economista
* Presidente del Patronato de la Universidad del Pacifico, gerente general del Banco de Crédito.

sábado, 4 de febrero de 2012

Recuerdos de Surco y la infancia

Mi amigo Oswaldo
Oswaldo era tremenda persona, siempre lo supe, su abrazo era franco y fraterno, el amigo que no pudo despedirse, él ni yo teníamos conciencia que pronto nos dejaría, incluso nuestra amistad trate de olviadarlo y pronto aprendí que todo tiene un por que?, nada es al azar y un buen amigo que se va pues algún motivo importante debía tener. Mucho tiempo pensando en que se mudó sin decirme nada todo mi recuerdo de él quedó pronto en el pasado, me enfurecí tanto que hoy me da verguenza y lo recuerdo más con la esperanza que me perdone por no saber nada un pequeño si le explican podría entender y despedirse adecuadamente.

Ya eran las 3pm, no hacia mucho frio, para un pequeño con ganas de salir a jugar que de pronto que te metan al agua para estar limpio y listo para salir era frustrante. El santo de Oswaldo, umm no lo sabia hasta que cruze el umbral de su resplandeciente casa, para mi cuando menos era casi un palacio, muchas cosas que no teniamos como una casa bien pintada, adornos, cuadros, espejos, dos pisos, un auto, la gente y sus pequeños de buena presencia, no atiné a decir nada, Oswaldo se alegró tanto de vernos llegar, cruzo la sala y casi pense que se trataba de mi cumpleaños... me abrazo tan fuerte que hasta hoy recuerdo lo fuerte de su amistad.

Abría cada uno de sus regalos en compañia de su madre, se veían tan felices y mi madre no supo mas que besarme y llorar. La madre de mi amigo, la conocí tan poco, mi madre si llegó a ser su amiga, mi madre lloraba mucho recordando lo sola que una persona puede estar lejos de un ser amado una amistad alguien que aprecias tanto como para llorar su ausencia.

La Sra. Marcela, la esposa de un sargento de policia algo mayor, ya pensaba "con razon llegaba un patrullero al frente de su casa con tanta frecuencia", las fotos de su padre bien uniformado, pues sí, no eran de ningún antepasado heroe de guerra ni nada, el porte militar y la claridad de sus decisiones se reflejaban en Oswaldo, tan correcto, sin travesuras, sonriente, su voz gruesa, un pata del alma!

Sus padres, su familia estaban tan contentos, despues del happy birthday note que la alegria no duraria mucho, mi mamita Carmen con la Sra. Marce conversando abrazadas, mi padre esperando para regresar a casa, las 8pm debemos irnos y mi madre con lagrimas por fin salía.

Despues de tanto dulce y payaso sin gracia, nos despedimos con casi media torta encima, no era justo al dia siguiente a levantarse para ir al colegio.

Colegio 370 y como te escapas sin saberlo
Lunes, primer día de clases, bien uniformados, con un block, un lapiz, borrador, reglita, un trompo bien quiñado, bolitas de mi hermano mayor y ni un centavo para la chicha, en esa epoca no sabiamos nada de lonchera. Esperé tanto que llegue Oswaldo, ni rastro de mi amigo; despues de mi hermano Pepe, Oswaldo era el protector, un buen amigo es necesaria compañía para explorar la inmensidad del colegio.

A falta de uno siempre aparecen otros, en ese momento concí a Cuya, en adelante seria mi mejor amigo, por lo menos por unos años, compañero para las tareas, para el recreo para las aventuras y en fin para cosas que mi madre no podía esperar de su pequeño Kike de 8 años.

Aquel colegio de primaria #370 de Surco viejo tenía sus cosas, 2 pisos, 2 patios, una chacra, un profesor Martinez de 5to grado fué estupendo, un lujo de profe, me enseñó entre otras cosas el valor del ahorro.

Al final del segundo patio habia un corredor flanqueado por una doble puerta con malla de acero, casi siempre abierta, no intentaba asomarme a ella por que desde alli siempre se repartía el horrendo desayuno gratuito.

El desayuno del colegio consistía en un pan frances, pequeño, duro, pero de sabor ... ummm mejor ni recordarlo, bueno y la santisima leche era de un cuajo horroroso, supe finalmente que era leche de soya (soja), eso no podía ser leche, era una estafa, a un niño de 8 años no le puedes decir que le darás desayuno gratis con pan y leche y en cambio darle ese innombrable y pagajoso asunto.

En mi mente un desayuno era como el de casa, muy humilde pero sabroso, su leche condensada Ideal con cafe Kirma o Cocoa, el pan calientito con su mantequilla Astra, con suerte huevo revuelto y mermelada; si mi padre estaba de regreso de Piura pues el mismo se encargaba durante una semana se preparar con sus manos el jugo de naranja fresco, calentar las tortillas de maiz, los tamales o freir las yucas con queso, bueno, ya saben es imposible la comparación y lo terriblemente defraudado de esperar mi lechesita en mi tasa que yo mismo pedi a mi madre:

"no te preocupes -le dije- nos han dicho que el desayuno en adelante lo tomaremos en el colegio con pan y leche, yo desayuno con mi profe y mi amigo Cuya".

Tengo que reconocer que la pobreza y carencias que yo vivía no se comparaban con la de la mayoría de mis compañeros, no solo durante, si no despues del desayuno escolar se les veía tan agradecidos y complacidos, lo que se les habia dado era extraordinario y sabroso, yo no podía decir lo mismo por esto en adelante aprecié mas lo que me servían en mesa, mis padres realmente hacían mucho por que mis hermanos y yo tomaramos y comieramos como en Piura, comiamos bien.

En cuarto grado mi profesora Talavera nunca supo como durante un recreo desaparecimos los hermanos Cuya y yo sin dejar rastro, los hermanos Cuya se conocían cada rincón del colegio. Mi amigo Cuya traía mi maletín con todas mis cosas

-vamos al otro patio con mi hermano

No dije nada y lo seguí como zombie, llegamos a esa nauseabunda puerta del horrendo desayuno, la atravesamos sin decir nada al portero que nos miro con desprecio, metros mas allá supe que no habría retorno, hace rato que cruce la raya.

Todo era murmullos y oscuridad, algunos focos a ambos lados.

- sigue caminando y no mires a nadie, no voltees, me decía Cuya

En una de esas voltee a un lado, una niña en uniforme de colegio nos miraba cruzar la oscuridad de su colegio primaria de mujeres, su salón no tenía lunas, solo mallas de acero mal pintadas con muros de ladrillo desnudos, mi colegio parecía ser mejor, entonces comencé a escuchar el bullicio de cientos de niñas riendo, murmurando, cantando, señalándonos, gritando y un portero abriéndonos la puerta al final del corredor.

-que hacen acá, este colegio no es para Uds, fuera de aquí!

Cruzando esa puerta estaba la av. Roosevelt, cruzando la avenida la puerta del callejón donde vivíamos, sentía que mi aventura se acabaría en segundos, tan pronto como mi madre saliera por esa puerta, me esperarían una ducha fría y correazos.